Debemos dirigirnos siempre a tatuadores profesionales y formados, que nos garanticen un resultado profesional en el trabajo ha realizar y la higiene empleada
en éste. Se debe huir de aficionados u oportunistas que lo único que buscan es una manera pasajera de ganar dinero y que tanto han proliferado estos últimos
años con la popularización del tatuaje.
Quien no puede tatuarse:
Menores de edad (Sólo con una autorización paterna) .
Personas que sufren de epilepsia o hemofilia.
Personas que hayan ingerido alcohol y/o drogas 24 horas antes de realizar el tatuaje.
Personas que estén tomando medicamentos.
Personas con enfermedades de transmisión sanguínea.
Cuidados antes de hacerse un tatuaje:
Tomarse el tiempo necesario para elegir el diseño.
Estar descansado y alimentado.
Cuidados durante la realización del tatuaje:
Fijarse que el tatuador tome las medidas higiénicas y sanitarias necesarias.
Mantenerse relajado durante la sesión y confiar en el tatuador.
Cuidados a tener siempre con el tatuaje:
Cuidar el tatuaje con un factor alto de protección solar al darnos baños solares o al exponernos directamente a la luz solar.
Las normas básicas de higiene son las siguientes:
El tatuador debe lavarse las manos antes de empezar a trabajar.
El tatuador debe llevar guantes desechables.
El material que entra en contacto con la piel o con la sangre debe de ser desechable.
Antes de empezar a tatuar, se debe limpiar y desinfectar la piel.
Si el material no es desechable, no está esterilizado y los productos que entran en contacto con la piel y con la sangre no son los adecuados, se pueden
producir irritaciones, infecciones e incluso el contagio de enfermedades como la hepatitis o el sida.
Mantenimiento del taller:
Los instrumentos deben conservarse en lugares preferentemente secos, y si es posibles en recipientes cerrados evitando un posible colonización por fauna
bacteriana.
Hay que evitar la oxidación de los metales mediante su limpieza con aceite, y proteger con vaselina los instrumentos que vayan a pasar una larga temporada sin
ser utilizados, limpiándolos con alcohol y esterilizándolos posteriormente.
Hay que evitar que los instrumentos toquen algún producto químico corrosivo que pueda deteriorar su calidad.
Los siguientes utensilios deben ser desechables:
Guantes
Tapones para tintas y tintes
Cuchillas
Servilletas de papel
Depresores
Vaselina usada
Agujas
Las agujas deben romperse después de su utilización ya que son la fuente más importante de contaminación, llevándose después a un centro clínico para que sean
destruidas.
Los utensilios que deben volverse a esterilizar tras su uso:
Las varillas (Donde se sueldan las agujas)
Los tubos (Donde van situadas las varillas)
Tanto las varillas como los tubos deben lavarse con agua y jabón usando siempre guantes, o poniéndolos en un ultrasonido. Más tarde limpiaremos las varillas y
agujas con alcohol y las pondremos en el esterilizador.